PECADO CARNAL 
una propuesta diferente 
Ir al teatro es una cosa. Pero ir al teatro en la casa de la protagonista de la obra….Y ver el espectáculo en un living acogedor, con una copa de vino acompañada con tapas preparadas por la narradora es otra. La narradora Marta Lorente organiza este festín íntimo en su living, para pocos invitados. A los que les relata una antología de relatos eróticos


Pecado carnal .Relatos eróticos. Un espectáculo de cuentos basado en textos de la literatura erótica, que reúne a Baudrillard, Roland Barthes, Vargas Llosa, Doris Dorrie, Cristina Wargon, Alicia Steimberg y el Kama Sutra, entre otros




Como Lorente además de contar bien cocina mejor, luego del espectáculo el lugar se convierte en un petit restaurant donde se puede compartir un plato salido de la cocina de Marta. Los que se animaron hasta ahora han probado unos Muslitos ardientes con papas a la crema, Penne a la putanesca y un ossobuco al malbec para, eróticamente, chuparse los dedos.




Los sábados a las 22:00 
El living de Marta
solo con reserva previa al 15-4496-1296 martalorente@cuentosaldia.com 




Experiencias
Loreley Gaffoglio

Escuchar historias eróticas junto con un grupo de extraños y… en casa ajena

El último sábado, una cronista se animó a ser parte de esta propuesta a puertas cerradas.

Sábado de luna llena, sugestiva y enigmática. El barrio de Almagro esta impregnado por unue aroma a jazmines. En una noche así, de temperatura primaveral, muy probablemente estaría cerca de1 Rio de  la Plata. Por el solo afán de entrar en el estado alfa que me provoca ver el resplandor plateado contonearse en el agua. Ese es un ritual sagrado, sedicioso a nivel hormonal. Esta noche, sin embargo, otro tipo de liturgia despertara mis sentidos. Los míos y los de la docena de extraños con los que comparto el living de una casa en la que jamás había estado antes.

Dispuesta a probar cosas nuevas, en ese infalible menú de sorpresas que ofrece la noche porteña, he aplazado la contemplación lunar para zambullirme en la escucha.
Seré testigo de un "Pecado carnal", de un juego pulsional a partir de la oralidad. Eso, al menos, promete  el titulo del espectáculo de narración oral que, a puertas cerradas,    ofrece Marta Lorente, una actriz, narradora y docente de literatura que desde hace cinco anos recibe — en su casa y cocina a un puñado de invitados. Los seduce con historias  y  platos caseros. Con relatos de deseo y de pasión; pura literatura erótica de autores en su mayoría latinoamericanos.

La casa de Marta es amplia, de techos altos, con muebles antiguos de estilo. Adentro, la voz de Caetano Veloso esta acompañada por velas, arreglos de flores y lámparas con
luces tenues, arropadas por gasas de colores. El living y el comedor tienen rincones acogedores y segmentados. De esa manera, los invitados —tres parejas, un grupo de cinco mujeres, mi acompañante y yo— se ubican según sus ganas de compartir o no la intimidad del espacio.
Antonio, el marido de Marta, nos recibe en el hall y nos sirve una copa de malbec, marca Pecado. La conversación fluye esponnea: navegante, capitán de un velero, el
Finis Terra, Antonio realiza travesías por el Rio de la Plata y e1 Atlántico.. Puede llegar hasta Brasil, si se lo piden. De eso hablamos. De eso y del bar cultural que tuvo tiempo
atrás en Palermo, donde conoció y actuaba Marta. Alina, la hija de Antonio, nos conduce a nuestra mesa y nos srve unas tapas: tortillas, grisines y guacamole sobre una ostra.

Puntual, alas 22.15, irrumpe en el living Marta, pantalón negro y camisa de encaje blanco. Baila, cierra los ojos y con voz grave, casi arrabalera, dispara: "La música es una piel. El lenguaje también es una piel. Yo froto mi lenguaje contra el otro. Es como si tuviera palabras a manera de dedos o dedos en la punta de mis palabras...". Lo que sigue son extractos de Fragmentos de un discurso amoroso, de Roland Barthes.
Su entonación, dicción y lenguaje  corporal logran captar la atención de todos.
Hay enjundia erótica y filosófica en lo que cuenta. "El regalo es caricia, es sensualidad, vas a tocar lo que he tocado: una tercera piel nos une... Porque el tema del contacto
plantea la cuestión de la respuesta: se le pide ala piel que responda", dice Marta, al dibujar con palabras el contacto de los amantes.

Yo celebro la audacia de lo que escucho. Pero mas me atrae la at  atmosfera intimista lograda de manera natural entre extraños, atraídos por una narrativa hilvanada con talento y altura: esa voz que me transporta a un palacio renacentista transformado en hotel, a una cena de sensualidad in crescendo entre dos amantes y la interrupción de los mozos cuando acercan los platos que plantea la inventiva Isabel Allende en "Los formales".
Lo que sobreviene es una ristra de historias de alto voltaje: Graciela Santos; un texto explicito de Alessandro Baricco, en Seda; el relato "Todo se arregla en la cama", de
Cristina Wargon, y la adaptación de Amatista, de Alicia Steimberg.
"Qué desacreditado que tenemos el sentido del tacto —continua Marta-. Nos tocamos poco y nos miramos mucho. El tacto plantea la cuestión central de la respuesta. Se le pide a la piel que responda."

En los 55 minutos que dura su performance, Marta no leerá —para desilusión mía- fragmentos del Kamasutra. Me hubiese gustado escucharla moverse en esas aguas.
Pero hilvanara un texto propio, hilarante, sobre las dificultades masculinas para encontrar el punto G. "Aunque ellos, que rara vez encuentran el azúcar en la cocina, delante de sus ojos -dice, con seguridad- prueban ser siempre muy voluntarios0s." Esta claro que su afán no es didáctico, aunque intuyo que a más de uno nos desasnará sobre la existenciade otros puntos cardinales: el A, el U, el X. Nadie parece incomodarse. Ella cuenta que elige hablar de estos temas porque de chica fue a un colegio de monjas: el grupo de mujeres suelta sonoras carcajadas. La pareja detrás de mi, que hoy cumple seis años de casados, cuchichea y se toma de las manos.

A mi me mueve la curiosidad. A los relatos eróticos los he leído, jamás los había escuchado. Me pregunto qué busca la gente: ¿convertir el relato carnal en un salvoconducto para su propio deseo? ¿Estimular la imaginación con ficciones y vidas ajenas? ¿O escuchar historias sin la censura del pudor de lo políticamente correcto?

Creo que el erotismo tiene mucho de cultural y en un ámbito publico, apoyado en la buena literatura, se convierte en una infalible arma de seducción. Una de la que incluso otros pueden apropiarse.
Pero si arriesgo el porqué de esta gente aquí, conmigo, pienso en el deseo de pasar   buen momento y en la necesidad. simple, llana, de escuchar una historia bien contada.

La Nación

Sábado28 de octubre de 2013

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